viernes, junio 09, 2006

2 canales, 2


Lo notamos cada vez con mayor insistencia: incluso las veladas pasadas entre amigos prolongan la dislocación que sufre la mente al enfrentar los fríos guiños de una publicidad que nos hace generar valor con sólo mirarla: así casi lo pensé yo el otro día, eso casi me pasó hace un rato; divisas de una comunicación requisada por la universal ley del valor.

Se percibe el mismo temblor creciente y ansioso en las aulas de readiestramiento que continuamente padecemos; las horas pasadas intercambiando las obviedades que marcan el ritmo de lo obvio nos traen a cada momento la pregunta de nuestro tiempo: ¿cuándo nos haremos uno en el saludo gladiador del que emprende la muerte cotidiana dedicándose a un trabajo que ofrece realización a cambio de subjetividad completa? O, de otra manera, si hemos tenido la suerte de adherirnos a un súper proyecto eludiendo la externalización, dando en la empresa, a la empresa y por la empresa los mejores frutos de una creatividad enteramente afecta ¿será esto lo que llaman vida?

Ambas cuestiones despuntan cualquier horizonte al que proyectarse desde la subjetividad libre, ambas respuestas, demoradas en el rumor del éxtasis comunicativo de la producción social, sumen la individualidad en un reino de azar en el que el sentido aparece siempre de modo incierto.

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