lunes, agosto 28, 2006

Un hombre que vuela


"Yo mismo amenudo sueño que vuelo, pero no vuelo de modo en que lo hace Superman. Me limito a dejar los brazos caídos, a flotar y moverme. Huelga decir que se trata de mi sueño favorito."

Douglas Coupland. La vida después de Dios.

lunes, agosto 21, 2006

Afines

La afinidad es más independiente de los principios concretos que constituirán su argumento que de la decisión de agupar estos principios en un afecto afirmativo: con ellos. Si es cierto que tales principios le conferirán su coloración, su especiado y, en fin, su textura postmoderna, también lo es que la decisión no dependerá tanto de estos rasgos como de una impotencia fundamental y del hecho insufrible de ser resto. Porque este es el principio de la alianza de los afines, de la coalición: ser el resultado de una división por la unidad: puro resto de una operación sin pregunta. Sobre este estigma de derrota conducirán los restos sus uniones improbales, pues la relación identitaria no es ya posible cancelados definitivamente clase, clan, género y raza: disparadores narrativos únicamente válidos para víctimas vocacionales. Lunes agosto cerrado.

pues sí, pues sí

¡Vaya, cómo caen los mp3! Bueno, aquí dejo al substituto. Esperemos que dure más.

lunes, agosto 14, 2006

Drama encontrado I

A. S. Latrodectus Martans Productions. Reparto sin créditos. 15’ de duración. Hasta 45 archivos SWF Motorola empalmados sin edición posterior; cortes cada 20’’. Pixelado severo. Subexpuesto/sobreexpuesto.

Noche. En el interior de un turismo en marcha cinco jóvenes charlan sobre temas poco definibles. Avanzado el metraje toma forma una discusión sobre potencias de motor punteada de modo obsesivo por la palabra “caballos”. La salmodia a cinco voces finaliza abruptamente con la colisión del vehículo contra una inmensa superficie de cristal. Entre la confusión posterior de luces cegadoras y ruido casi blanco se abren paso muy nítidamente las carcajadas de los protagonistas.

Precaución: Bandas sonoras

jueves, agosto 10, 2006

Ruido de fondo


"Cruzando Middlebrook me salté un semáforo en rojo. Al salir a la autopista por el carril de incorporación no frené en el ceda el paso. Durante todo el recorrido hasta Iron City experimenté una sensación de ensimismamiento, liberación y falta de realidad. Aminoré la velocidad al llegar al peaje, pero no me molesté en echar los veinticinco centavos en el cajetín. Saltó una alarma, pero nadie salió en mi persecución. ¿Qué signiifcan veinticinco centavos más o menos para un estado que ya tiene deudas por valor de miles de millones? ¿Qué significan veinticinco centavos cuando estamos hablando de un automóvil robado que cuesta nueve mil dólares? Así debe ser como las personas escapan a la atracción de la tierra, al temblor gravitacional que nos aproxima constantemente a la muerte. Sencillamente, uno deja de obedecer. Roba en lugar de comprar y dispara en lugar de hablar. Me salté dos semáforos más en las lluviosas carreteras de aproximación a Iron City. Los edificios de los alrededores eran bajos y alargados. Mercados de pescado y artículos varios, terminales cárnicas provistas de viejas marquesinas de madera... Penetré en la ciudad y encendí la radio: no había necesitado compañía en la solitaria autopista, pero sí allí, en aquellas calles adoquinadas, bajo el vapor de sodio de las luces, donde la sensación de vacío se adhiere estrechamente a uno. Cada ciudad tiene sus propios distritos. Dejé atrás el distrito de los coches abandonados, el distrito de basuras sin recoger, el distrito de los francotiradores, el distrito de los sofás en llamas y los cristales rotos. Los trozos de vidrio crujían bajo los neumáticos. Me dirigí a la fundición.

Memoria RAM, Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, Destrucción Mutua Asegurada.

Me sentí aún extraordinariamente ligero, más ligero que el aire, incoloro, inodoro e invisible. Sin embargo, en torno a aquella ingravidez y soñolencia iba construyéndose algo distinto, una emoción de carácter diferente.Un impulso, una voluntad, una pasión agitada. Deslicé la mano en el blosillo y froté los nudillos contra el granuloso acero del cañón de la Zumwalt. El locutor de la radio dijo: Los premios no podrán quedar desiertos."

Mientras esperas que la ciudad se detenga...
¿Un libro sobre el miedo? Prueba con Ruido de fondo.

Un sonido para este post [el antiguo ha caído, así que linko otro; nada, nada, yo soy así ;) ]