La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran medida.
Y me dijo: ¿Vivirán estos huesos? Y dije: Señor, tú lo sabes.
Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: 'Huesos secos, oíd la palabra de Jehová. Así ha dicho el Señor a estos huesos: yo haré entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová'.
Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu.
Y me dijo: ¿Vivirán estos huesos? Y dije: Señor, tú lo sabes.
Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: 'Huesos secos, oíd la palabra de Jehová. Así ha dicho el Señor a estos huesos: yo haré entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová'.
Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu.
Ezequiel 37:1-8