martes, diciembre 25, 2007

Rare Wrong Note Held

biblioprecario
De regreso, atravesamos una ventisca a la altura de Massachussets, el viento formaba un túnel de copos de nieve agitados alrededor del ojo de topo de nuestro parabrisas. En el punto álgido de la tormenta, mientras el coche avanzaba lentamente por aquél ciclón polar guiado por las luces traseras de un camión tambaleante cuyas ruedas iban abriendo un camino, busqué en la caja de libros y casetes del asiento trasero, saqué el disco de Brian Eno y lo puse. La música compuso la banda sonora ideal para la ventisca. La placidez sobrenatural de Another Green World parecía responder a nuestros esfuerzos y serenarnos a los dos. Eno cantaba "No veo las líneas entre las que solía pensar que leía..."

Jonathan Lethem. La fortaleza de la soledad, p. 633

Another Green World

  1. Sky Saw
  2. Over Fire Island
  3. St Elmo's Fire
  4. In Dark Trees
  5. The Big Ship
  6. I'll Come Running
  7. Another Green World
  8. Sombre Reptiles
  9. Little Fishes
  10. Golden Hours
  11. Becalmed
  12. Zawinul/Lava
  13. Everything Merges With The Night
  14. Spirits Drifting
Son curiosas las líneas magnéticas que cruzan de los discos a los libros y de los libros a la música. De esas intersecciones extrañas surgen grandes devociones, como la que yo profeso a este disco, que no a su autor ni a su mito historiográfico. Me la pela Brian Eno, disculpen que me ponga sentimental.

¿No les parece que algunas obras son más grandes que sus mediums? Yo creo firmemente en autores sepultados bajo cordilleras de 45 minutos. Creo en el devenir que se adueña de algunos individuos y que hace de ellos vehículos absurdos y gesticulantes. ¿Cómo explicarían sino lo de los Sex Pistols? Ninguna invocación al Genio en esto. Ni a la manía platónica, ni al viento de los dioses -KA-MI-KA-ZÉ-. Pero sí a una suerte de conjunción de desechos que se concitan y en su derrumbe configuran una entrada. En lo inesperado yace su potencia. En su irrupción y su caos. Lo ctónico que dice una amiga. Lo ctónico será. Las fuerzas de la inmanencia en afrancesado. Voz de los escombros que lo llena todo.

Aquí les dejo el disco. Es un gustazo compartirlo. Sobre todo porque era uno de esos con DRM, copycontroled y no sé qué hostias más. Ripear es un placeeer, geniaaaal, sensuaaaal.

Impóluto, sin errores de jitter y a unos suntuosos 320 kbps, así se lo presento: ABAJO CON ÉL. Puede que muchos de ustedes lo conozcan ya. Aquellos que no tengan esa suerte tienen otras. Y la oportunidad de rendirle no ya culto sino atónita devoción por
vez primera.

No sean remilgados y descárguenselo, que el mp3 es lo mejor que nos ha ocurrido en eones. Una verdadera varita de desencantamiento. Un anillo de poder que nos vacía de tonterías y de mobiliario sueco.

Y sí, le he dado una nueva portada al disco porque la anterior me parecía hogogosssa. Hasta aquí llega mi soberbia y mi plagiarismo.

En el próximo chaflán les dejo. Tengo una vorágine familiar que atender.

domingo, diciembre 16, 2007

Tremors

biblioprecario
Mi madre me dijo una vez:

-Forrest, la vida es como un campo de minas.

Recuerda hijo, en esta vida somos el soldado destacado en punta que avanza tanteando a cuchillo un cultivo de cargas de presión, inflamables termita y dispositivos antipersona que se extiende alrededor esperando su cosecha sorpresa. Y como ese hombre, no podemos esperar más acontecimientos que el "tín" metálico de la vida, un torrente de sudores, o el "click" mecánico de la muerte, ese caprichoso géiser en rojo.


Yo respondo en sueños siempre a mi madre: Sí madre.

Yo desde entonces respondo siempre a mi madre: Sí madre.

Porque soy un buen hijo.


Pero también le digo, también con mi voz de adentro: Sí madre, pero te equivocas, la vida no es como un campo de minas, madre, la vida es un campo de minas, y yo por eso no me muevo, yo no toso ni abro los ojos... yo ya casi ni respiro.

Siempre emito el mismo mensaje Subject:
Yes mother, but... Siempre el mismo telegrama mental, y nunca, nunca hay respuesta.

Madre, no debiste olvidar las minas topo, buscadoras subterráneas activadas por sonido.

Mamá, nunca estuviste a la altura de tus metáforas.

domingo, diciembre 09, 2007

El hombre de los lobos

biblioprecario
Soñé que era de noche y estaba en la cama (mi cama tenía los pies hacia la ventana, y frente a ella había una hilera de viejos nogales; sé que era invierno, y de noche). De repente, la ventana se abrió sola y pude ver, con gran terror, que sobre el nogal grande estaban sentados, contemplándome, unos lobos blancos, serían seis o siete. Los lobos eran totalmente blancos y parecían más bien como zorros o perros pastores, pues tenían grandes rabos como los zorros, y orejas enhiestas como de perros al acecho. Presa de gran angustia, evidentemente provocada por el miedo a ser devorado, rompí a gritar y me desperté. La niñera se precipitó a mi lado para averiguar que me sucedía. Pasó largo rato hasta convencerme de que sólo había sido un sueño, tan natural y nítida se me había aparecido la imagen de la ventana abriéndose y de los lobos observándome desde el árbol. Por fin me tranquilicé, me sentí como librado de un gran peligro y volví a dormirme.

El sueño de los lobos, texto y dibujo por El hombre de los lobos.
Citado en Un caso de neurosis infantil, Sigmund Freud.

jueves, diciembre 06, 2007

Racaille!

biblioprecario
Caballero,

Importunado definitivamente por vuestras pretensiones, recojo el guante y os hago saber que la ocasión de nuestra próxima cita tomará la forma que deseáis: duelo singular a muerte sobre el campo del honor.

Asimismo, os comunico que nuestros respectivos padrinos han convenido que el encuentro se celebre sobre destreros y a sable de carga en homenaje al Vº Regimiento de Dragones Imperiales, unidad cubierta de gloria en Austerlitz de la que, os recuerdo, ambos somos oficiales condecorados por el Emperador, a quien el Gran Arquitecto guarda.

De esta suerte, me permito, con la naturalidad del que se sabe no más diestro sino mejor en todo y más caballero de lo que vos jamás soñasteis en vuestra absurda y malograda existencia, expresaros el estado de mi ánimo, pues habéis de saber que me embarga un ansia inédita en los asuntos de los hombres de contemplar las luces de vuestra última mañana.

Sé que el mundo civilizado confía en mí para librarlo de soportar un día más vuestro desmañado perfil fatigando el paisaje. A fe mía que no he de defraudarle.

Siempre vuestro, se despide el último hombre que vuestros ojillos de gascón adivinarán tras el telón carmesí,

Caballero Jacob,

Capitán, Vº regimiento

Dragón Imperial

domingo, diciembre 02, 2007

Fuego amigo


[Susurro]: Sin ti todo esto sería insoportable.