jueves, junio 29, 2006

Dick Laurent ha muerto

Lost Highway - Mystery Man




Hablando de fugas.

Llaman a la puerta, coges el intercomunicador y una voz que parece extrañamente familiar te susurra: "Dick Laurent ha muerto". Es el principio de todo. Una mañana recibes un sobre, en su interior encuentras una cinta VHS; al visionarla descubres que anoche alguien filmó en el interior de tu casa, mientras dormías. Más tarde, en una fiesta a la que te resistias a ir conoces a un hombre misterioso, viste de negro, su piel es de un blanco imposible. Mantenéis una especie de escalofriante conversación. Se despide dejándote helado de terror. A duras penas consigues preguntar al anfitrión: "¿quién es ese tipo?". -"Es un amigo de Dick Laurent"

No soy mucho de vídeos en el blog, y desde luego espero que no se convierta en una costumbre pero: la he encontrado, en el Yo Tubo, y me gusta TANTO, que ahí va la escena más terrorífica de la más terrorífica pesadilla de David Lynch. Bueno, la número uno de mi lista de hoy. Brrrrr.

Para los que hicieron francés, aquí abajo os pongo la traducción al castellano del fragmento de guión que corresponde a la escena (la traducción es mía, así que ruego disculpen las molestias).

HOMBRE MISTERIOSO
Ya nos habíamos visto antes, ¿no es cierto?

FRED
No, no lo creo. ¿Dónde cree usted que nos conocimos?

HOMBRE MISTERIOSO
En su casa. ¿No lo recuerda?

FRED
(sorprendido)
No, no lo recuerdo. ¿Está seguro?

HOMBRE MISTERIOSO
Por supuesto. De hecho, estoy allí ahora mismo.

FRED
(incredulo)
¿Qué quiere decir? ¿Dónde ha dicho que está ahora?

HOMBRE MISTERIOSO
En su casa

FRED
Eso es absurdo

El Hombre misterioso busca en su chaqueta, saca un teéfono móvil y se lo ofrece a Fred.

HOMBRE MISTERIOSO
Llámeme

Fred titubea, como si se tratara de una broma tonta. El Hombre misterioso pone el teléfono en la mano de Fred

HOMBRE MISTERIOSO
Marque su número.

Fred vacila, contrariado

HOMBRE MISTERIOSO
Adelante

Fred sonríe y marca su número. Oímos como descuelgan mientras contemplamos la cara de Fred.

VOZ TELEFÓNICA DEL HOMBRE MISTERIOSO
Le dije que estaba aquí.

Fred, todavía sosteniendo el teléfono, se dirige al hombre que permanece ante él.

FRED
¿Cómo lo ha hecho?

El Hombre misterioso señala el teléfono

HOMBRE MISTERIOSO
Pregúnteme

FRED
(enfadado)
¿Cómo ha entrado en mi casa?

VOZ TELEFÓNICA DEL HOMBRE MISTERIOSO
Tú me invitaste. No tengo por costumbre entrar donde no me han requerido.

Fred mira al hombre que está delante de él, pero habla al teléfono.

FRED
¿Quién eres?

El hombre ríe –risas idénticas- a través del aparato y en persona

VOZ TELEFÓNICA DEL HOMBRE MISTERIOSO
Devuélvame el teléfono

El hombre extiende la mano hacia el teléfono.

Fred escucha el sonido de la línea muerta y lentamente devuelve el aparato al Hombre misterioso, que se lo guarda.

HOMBRE MISTERIOSO
Ha sido un placer charlar con usted.

El hombre misterioso se aleja entre los invitados

miércoles, junio 28, 2006

Fuga


Pensando en el post de ayer.

Demasiado biográfico igual.

En fin.

Para objetivar un poco el tema de las fugas (psicogénicas o no) posteo aquí un fragmento del libro La huída, de Jim Thompson, la novela en que se basan varias películas: la de Steve "M" "c pequeña" Queen, en plan épico-badlands, y la del Baldwin con la Basinger, llanamente: un ¡hogog!

En el libro la historia acaba mal, fatal. Este fragmento es el portal del último descenso en la trama.

"Fugarse significa muchas cosas. Algo limpio y ligero, como el deslizarse de un pájaro a través del cielo. O algo sucio y rastrero; una serie de movimientos de cangrejo a través del fango, un proceso de trepar hacia delante, de saltar hacia un lado y correr hacia atrás.


Es dormir en prados y en orillas de ríos. Es arrastrarse durante millas a lo largo de acequias. Fugarse significa caminos perdidos, trenes apartados, camiones destartalados, coches robados y dos amantes muertos en cualquier calleja perdida. Es comida sisada en los supermercados, vestidos robados en la sección de ropas; es robo y asesinato, sudor y sangre. La complejidad se vuelve simple por la alquimia de la necesidad.

Y todo eso no puede hacerse sin ayuda. Por consiguiente, a pesar de ser capaz de forcejear, de luchar y correr, de robar y matar, se necesita ayuda. Y si se vive lo suficiente, se encontrará esa ayuda, tarde o temprano."

Jim Thompson, The Getaway

DJ Bipolar le recomienda este fondo sonoro
(no apto para psicóticos)

martes, junio 27, 2006

last swim

En la biblioteca no acaban de creerme, lo noto.

El caso es que las veo todos los días y a veces me da por contar cosas que me pasan o les pasan a gente que conozco. Sé que es lo último que se debe hacer cuando se sobrelleva una vida activista solapada a la vida cotidiana, pero la lengua es débil... y blanda... y viscosa: se me escapa. Nada que me comprometa demasiado (al fin y al cabo trabajo con funcionarias) pero... es inevitable.

El desliz más grave, el que arrastraría a los siguientes como una avalancha: un conocido se suicidó en un squat muy afín: allí viven casi todos mis amigos de correrías. Ese día no fui a trabajar y no supe mentir: les conté que había pasado. Al día siguiente tuve que hablarles de esquizofrenía, drogas y tratamientos abandonados. De fugas insuperables. De precariedad. Del sueño chino: malabares hipnóticos y planisferios incandescentes sobre el puerto. Vapor.

Desde entonces, hace unos cuatro meses, otros han emprendido también la fuga... Algunos amigos, otros sólo cómplices. No han llegado al giro del afuera definitivo pero han tomado la grieta. En todos ellos el mismo perfil: vida precaria vivida en el ángulo del activismo, esquizofrenia, drogas, tratamientos abandonados... muros que atravesar.

Y yo simplemente no me puedo guardar eso.

A veces se me escapan cosas.

La precariedad no es sólo una circunstancia, y si lo fuera aún podría parecer un fénomeno sostenible: duro, pero a fin de cuentas soportable. Si sólo fuera eso los desnortados perpetuos, fugitivos del edipo, forajidos de la conciencia y balarrasas diagnosticados podrían todavía sobrevivir a sus westerns particulares. Pero la condición precaria que era sólo hace diez años el mero trámite por el que todo aspirante a la vida en serio debía pasar es hoy la constitución misma de la existencia; como tal deberá ser acatada por todos los que quieran persistir recortados contra el horizonte, donde la fragilidad de la silueta no resistirá.

Y se me va la lengua.

-"¿Pero eso que cuentas no le pasó ya a aquella amiga tuya?"

Para antes de dar el salto

viernes, junio 23, 2006

entre #330033 y #003333

Si pudiera afeitarme también las ojeras...
o ni siquiera eso,
bastaría con que se dejasen...
no sé...
peinar
peinar de vez en cuando...
¡Ay!
¡Qué ojays!

Canción de reentrada en la atmósfera

miércoles, junio 21, 2006

Pass Now

SMS. Una nueva forma de comunicación que conjuga dos formas de urgencia: por un lado, la obligación y concisión formal del antiguo telegrama y, por el otro, la disponibilidad inmediata que exige la telefonía móvil. Si bien, claro, a cambio de cobrarse un alto precio afectivo en los que se consagran socialmente a tal amalgama feliz.

La comunicatividad basada en el texto corto (short-message-service) imprime carácter en las comunidades flotantes que funda. Tanto su bajo precio, su puntual tecnología de entrega de mensaje, así como la dificultad de entablar diálogo que implica su metodología de uso la hacen el dispositivo comunicativo más ampliamente difundido y más militarmente afinado desde la invención del código policial de reporte de datos.

Pero en el intercambio de SMS no late el diálogo y la construcción de la cita, un espacio de acuerdo común mediante el vaivén de la pregunta y la respuesta. La nueva forma sólo entiende el lugar y el tiempo que imprimen las órdenes dadas y las contraórdenes recibidas en la maniobra, así como la imperiosa exigencia de información que ejecuta la inteligencia de los ejércitos. Resolutivo cuando hay suerte, operativo siempre.

Así, todo aquél que persista en su vocación dialógica en el seno de una matriz SMS debería resignarse definitivamente a ser el exiliado de las comunicaciones y el excluido de los protocolos de las nuevas sociedades, pues en el nuevo medio pregunta y respuesta son asimilables, por principio, al ruido.

En el firmamento plano de la pantalla-mente, un leve parpadeo de deseo.

¿Respuestas más allá de las señales de posicionamiento devueltas por la baliza de los pares?

Corto y cierro


viernes, junio 16, 2006

Ruinas de ruinas

Nada resulta hoy más ferozmente inhumano que la ruina del edificio industrial moderno. En ella su antigua condición de receptáculo de alienaciones se ha hecho pura ausencia de ser: la fábrica sin propósito. Se diría espacio consumido por su propia antipotencia; de esa especie de ruina de la que continua brotando un antiguo espíritu de amenaza, como si los antiguos lugares de secuestro aún contuvieran trabajo, la maldición de la que se nutrían en otro tiempo.

Aunque, por supuesto, sepamos que tal amenaza es vana como la de un djinn encadenado, pues allí donde la actividad de los cuerpos se coreografiaba al ritmo de la ergonomía disciplinaria sólo encontramos vacío: el espectro de la fuerza del cuerpo colectivo que ha dejado tras de sí el retablo de las cosas derrotadas: el polvo, el escombro, el graffiti.

Esos volúmenes seccionados de la vida, abandonados de los hombres y presa del devenir de la química configuran hoy el circuito quemado de un disciplinamiento que submigró a pastos más recónditos, casi como si cambiara de fase, de plano vibratorio. Algo inhumano y obsoleto que es ahora más que su recuerdo, el eco -paralelo, distante- de un tránsito cumplido por el fin de la historia.

La estética romántica recoge la rara fascinación que provocan las ruinas; su trágica belleza radica en el hecho de ser el testigo de una narración que encadena la historia a un lugar en el que no estuvimos y que, sin embargo, se halla presente. Las ruinas de los antiguos dispositivos de secuestro -escuelas, fábricas, prisiones, manicomios, cuarteles, silos, hospitales, buques- provocan en cambio una atracción que es de otro orden: un ánsia perversa, divergente, incontenible.

Una diferencia que en cierto modo recuerda la frontera que inmediatamente establecemos entre erotismo y pornografía. Un territorio de deslinde que, de la misma forma que nos hace verosimil imaginarnos paseando entre columnas romanas sin otra ansiedad que la provocada por una batería de litio a punto de expirar, torna inconcebible la pretensión de que podríamos contener el estremecimiento en el ala abandonada de un psiquiátrico aún a plena luz del día.

No estamos hablando aquí de arqueología industrial en la vieja colonia fabril restaurada: turistas somos todos. Más los fetichistas de la infiltración son legión. Podemos rastrear las obsesiones que poseen a estos exploradores de la ruina disciplinaria entre los backrooms de sus escritos y fotografías: arquitectos pornógrafos, interioristas necrófilos, arqueólogos forenses, exhibicionistas sigilosos, voyeurs agorafóbicos. ¿Qué les lleva a emprender estas derivas más allá del callejero? ¿Qué les impulsa a adentrarse en esas aventuras multidimensionales e intensivas ante las que los situacionistas mismos hubiesen retrocedido? Irían a Chernobyl sin dudarlo si pudieran flanquear la vigilancia. (continuará)

Y ahora una experiencia multimedia inquietante:

Emprende una de las exploraciones en access hacking utilizando este fondo sonoro

jueves, junio 15, 2006

Ruinas

La mitología de la Ciudad-Mundo surgió con la idea misma de ciudad. Todo habitante de una gran urbe articula esa asociación, para él es algo inmediato, evidente. La ciudad es el espacio privilegiado, es el centro y es el todo. Nada hay fuera de los muros que no se encuentre resumido e intensificado en la ciudad. Es el lugar humano. El Lugar. La ciudad es el Mundo porque todo en ella está presente: el cruce infinito de caminos y de paisajes poblados de relaciones, la abundancia de recursos y de habitáculos de dimensiones humanas. Allí la luz es constante.

Las zonas de la ciudad son múltiples pero tienen sentido, el espacio se encuadra por norma, código, uso…policía... y por el tiempo, la gran ley: la ciudad como el universo también es tiempo. Al tiempo ha de someterse. La ciudad es un inmenso rugido del tiempo en el que las salvas de vida individual, fugaces, abruptas, son penetradas y transportadas por el estrépito cíclico de las políticas. Mas por encima de todo ese fragor, una vibración aún más mayúscula, el ruido blanco del devenir que se adueña como un zumbido desde el interior mismo de las cosas, curvando la perspectiva y mudando toda permanencia.

Ciudad-Mundo, una sensación inmediata pero angustiosamente caduca. (continuará)

No, no me he olvidado

miércoles, junio 14, 2006

Malsoñando


Ante un ansia de dimensiones mídicas toda gran superficie es un museo que condena la historia al pasado y, por tanto, a lo irrealizable.

El peer to peer es el sueño casi materializado de zambullirse en ese oro inalcanzable. Encontrarse por fin sobre el trampolín del depósito a media luz, las corrientes de dólares refulgiendo, su brillo reflejado como una danza lenta contra muros de hormigón capaces de resistir explosiones nucleares. Sabiendo en el resplandor que por unas horas ese mar es tuyo, que está disponible a propósito de ti.

Pero paralizado ante el sublime de ese tesoro sólo eres capaz de distinguir tal o cual moneda, aquella esmeralda, un escudo de platino; y demorado en esas contemplaciones pasas la noche y las palomas te encuentran mugriento en la butaca. Sueños de apandador.

... de fondo, música de otro mundo

martes, junio 13, 2006

Natural decline

El esfuerzo empleado en reprimir el insulto que acude a cada frase de una comunicación deshabitada es grande, requiere de hábitos sólidos, técnicas terminantes y derrotas definitivas para librar a la conciencia de la simple desconexión y mantener, de ese modo, alta la cadencia del pensamiento productivo a la vez que se preserva la capacidad de parecer vivo.

Adquirir tal dominio no constituye una mala inversión, sus efectos instalan una disposición inquebrantable en el ánimo, un modo de percibir la realidad que traduce los variados mensajes de la cooperación social en un mismo y coherente sentido: nadie puede dejar de adherirse a la evidencia inmediata de la vida hecha empresa.

Descubrimos entonces que la vida se inserta en una realidad nueva respecto de la que, excepto en el recuerdo, no podemos distanciarnos, y que, en efecto, de esto se trataba todo el tiempo. Y mientras esperamos en vano la línea que rebase el gráfico de la trayectoria individual, nuestra existencia se comprime en un meandro biográfico en el que la experiencia de inclinarse bajo el sueño de la empresa nos transporta en el seno de su amplio y lento giro. Una suave repetición que nos infiltra sin remedio la voluntad de ser a la vez exprimidor y naranja.
Hilo musical de esta entrada

domingo, junio 11, 2006

$18.98 Iggy Pop CD?

MC Lars - Download This Song Music Video [Spanish Sub]


Hey Mr. Record Man,
What's wrong with you
Still living off your catalogue
From 1982
Hey Mr. Record Man,
Your system can't compete
It's the new artist model
File transfer complete
Download this song!
Download this song!

Los tiempos están cambiando.

viernes, junio 09, 2006

2 canales, 2


Lo notamos cada vez con mayor insistencia: incluso las veladas pasadas entre amigos prolongan la dislocación que sufre la mente al enfrentar los fríos guiños de una publicidad que nos hace generar valor con sólo mirarla: así casi lo pensé yo el otro día, eso casi me pasó hace un rato; divisas de una comunicación requisada por la universal ley del valor.

Se percibe el mismo temblor creciente y ansioso en las aulas de readiestramiento que continuamente padecemos; las horas pasadas intercambiando las obviedades que marcan el ritmo de lo obvio nos traen a cada momento la pregunta de nuestro tiempo: ¿cuándo nos haremos uno en el saludo gladiador del que emprende la muerte cotidiana dedicándose a un trabajo que ofrece realización a cambio de subjetividad completa? O, de otra manera, si hemos tenido la suerte de adherirnos a un súper proyecto eludiendo la externalización, dando en la empresa, a la empresa y por la empresa los mejores frutos de una creatividad enteramente afecta ¿será esto lo que llaman vida?

Ambas cuestiones despuntan cualquier horizonte al que proyectarse desde la subjetividad libre, ambas respuestas, demoradas en el rumor del éxtasis comunicativo de la producción social, sumen la individualidad en un reino de azar en el que el sentido aparece siempre de modo incierto.

jueves, junio 08, 2006

- Ruido, + Futuro


Con la maniobra cívica el voluntariado, una de las fórmulas de éxito de administración de la ciudad, ha visto modificada su antigua función de entretenimiento orientada a las necesidades de conciencia, para devenir un verdadero contrapeso, una ortopedia política para la triste y expurgada figura del ciudadano.

Porque, en rigor, hace tiempo que el consejo de dirección de la ciudad desechó la fórmula ciudadano, tanto en su formalidad como en su pluralidad. Y el resultado de esa singular ejecución es la mancha clamorosa que reconocemos como ciudadanía: una amalgama entre la masa y el aforo, un conglomerado entre la claca y la hinchada. Una pasta de gente, en fin, congregada y visible sólo a propósito del acontecimiento -las elecciones, el concierto, el forum- como mero acopio reconocible en sus modos por el código de color que tiñe el paisaje a su paso -en argot grafista, por su patentado contraste bicromático-: rojo/amarillo Cataluña, azul/blanco Barcelona, azul/grana barsa, verde/amarillo favela.

Y, sin embargo, en tanto que producto de una ingeniería política unificadora, la ciudadanía no ha bastado para mantener el asentimiento de una población diezmada por la precariedad, la especulación, el exilio coronario y el saqueo de la vida. Por este motivo, y con el propósito de conjurar los estallidos de malestar anónimo y de movilización pública en el intersticio diario -esa simple continuidad de la soledad en tiempo real entre y ante los acontecimientos de la vida de la ciudadanía- se ha introducido la medida civismo: la fórmula voluntariado inserta en lo más cotidiano como conjunto de casos de aplicabilidad de la conciencia de acuerdo a las supuestas costumbres y buenos usos de la ciudad. Modelo que, gracias a su redundancia confirmativa, percute con fuerza sobre la personalidad fomentando como objeto de nostalgia un territorio de convivencia que nunca fue tal.

Un recurso moralizante, pues, que dispone el abanico de ocasiones de indignación de la tradición del buen vecino junto a una panoplia de directrices de seguimiento obligatorio. Normas personales cuyas actuales prescripciones se pueden comprimir en el enfático autoritarismo de las buenas prácticas en torno al silencio, la economía de los fluidos corporales, la movilidad, el micro management de los residuos y el uso remilgado del espacio público. (Fragmento de un trabajo en curso)

miércoles, junio 07, 2006

Sincerly,



Posteo algo que Leonard Cohen decía en entrevista hace ya casi diez años. Algo que tiene que ver mucho con la transformación descendente que está experimentando la existencia y, sobre todo, la existencia en las grandes ciudades. A finales de los noventa este proceso debía aparecer terroríficamente ante un cosmopolita comprometido que envejecía. Ahora ese terror se hace evidente y cotidiano para todos los que vivimos la transfiguración globalizada de la ciudad.

"No hay ningún mundo, en el sentido de que la mayoría de nosotros vivimos en un mundo que ya ha sido destruido. No sé si otras personas sienten lo mismo que yo, pero sospecho que sí, que el diluvio ya ha llegado, que no tenemos que esperar el holocausto nuclear. Siento que el mundo ya ha sido destruido, que está perdido, y que no existe, que es sólo la sombra de algo, la lluvia radioactiva, los residuos, el polvo de alguna catástrofe, y no hay nada a lo que agarrarse. No hay nada aquí, ningún arte, ninguna civilización. La mayoría de nosotros vivimos en ciudades que ya no existen. Atenas, Nueva York, París, Barcelona, son ciudades del mundo que nadie ha refutado todavía pero que ya no existen. Todos creemos que vivimos en esa pequeña área que rodea la catedral, pero eso, ahora, no es más que escombros. Esas míticas ciudades ya no existen. Manhattan, Berlín, tampoco existen. "