lunes, diciembre 22, 2008

Part Time Punk

Al final el Gran Mogol (aka el Jefe Supremo) harto ya de oir el crepitar de arbustos y correteos a su paso hizo la gracia de asomarse a mi cubil y acabé en una cuchipanda de esas para las que no tenía ni ganas ni lugar en la agenda: voluntario por simple permanencia torpe en el puesto de trabajo (es un decir). Pero resulta que a causa de algún capricho estadístico y sólo por una vez, la improvisación le hizo un favor a alguien más que a él... a mí, se entiende, que tengo la oportunidad de desfogarme con este post. 

Y allá vamos.

El evento en cuestión era una jornada abierta de algo que llamo para mis adentros La desconstrucción tiene derecho a rescatarse a sí misma de la caída por el acantilado de la inconsistencia echando mano a los últimos arbustos a su alcance, algo que traduciré a efectos de legibilidad del post e invirtiendo no ya dosis sino remesas enteras de sosegón y terapia prolongada de abrazos como Una justificación del proyecto de repositorio electrónico de una institución semi-privada dedicada a la administración de la obra de una artista catalán muy pero que muy cotizado. Espero que esto les aclare un poco el panorama.

Como pueden imaginarse la velada tuvo lugar en una penumbrosa sala patrimonial del área antigua pero neo-rica de la ciudad, y les adelantaré para que se hagan una composición de lugar que transcurrió sin sorpresas o, si lo prefieren para mantener la tensión artística, comm'il faut, incluyendo en el menú cucamonas a Queneau, invocaciones plagiaristas a santos no mencionados -Deleuze, Derrida, Foucault..., la trinidad del bostezo- analogías borrosas entre software libre/transgénero que no reproduciré aquí por simple decoro y una brevíííísssima ilustración de la parte técnica del asunto que semifuncionó proyectada desde unos netbooks la mar de apañaos...

Por supuesto, y como indica el protocolo moderniki, todo turno de preguntas fue cancelado con la excusa de agotamiento de tiempo disponible en sala.

Pero pasemos a enfocar los detalles de tan suculento alarde.

El primer por así decirlo "bloque" consistió en una fundamentación del proyecto de repositorio desde una perspectiva “artística”. ¿El argumento de fondo? Original y desquiciado; presten atención a la dama de corazones: si es el caso que toda documentación de archivo es una representación de la vida de una entidad y ocurre que la institución X, dedicada a la custodia y administración de la obra del Artista catalán antes conocido como máximo sucesor de una serie de franquicias de vanguardia, es, de facto, una plataforma promocional de las actividades de dicha figura, resulta que la institución X participa de alguna manera de la vida del artista y, cómo no,  de la parte más substancial de esa vida, de su ejem "artisticidad" (relumbrón), ergo, la documentación que genera, hasta el límite de los expedientes administrativos, contiene cierta aura... eeeh, pues eso, artística. Una tesis que llevada al extremo implica que una factura por el traslado de un cuadro a Madrid o, más lejanamente aún, el presupuesto de mantenimiento de fontanería de la institición X es, de alguna forma remota, pero forma al fin y al cabo, una representación de la obra y merece ser tratada como tal.

¿A que de pronto notan sus bolsillos un poco más vacíos?

Prosigamos.

Teniendo siempre presente esta para-lógica, el repositorio archivístico en tanto receptáculo de representaciones de la vida de la Institución de marras y, por ende, de la obra de nuestro Artista adicto a la cochambre y la tela de saco, debido a la naturaleza artística de todo el asunto no puede ser un archivo electrónico al uso que siga las normas y directrices -¡qué vulgaridad!- de un repositorio institucional o de una base de datos documental. Como no hay más términos definitorios para el dispositivo postulado, desde el gafapastismo cuarentón y ya casi deshauciado de los tipos que amasan este proyecto lo definen, espero que provisionalmente, como Espacio documental, y cito: "una red de relaciones entre entidades informativas más o menos cercanas al núcleo artístico que debe representar, con el propósito de hacer justicia a su objeto, el arte, los efectos inéditos y las anomalías inesperadas presentes en su campo de intensidad".

Y a todo esto yo pregunto, sólo por preguntar claro, ¿es esto factible? ¿Es esto razonable?¿Es, en fin, esto PERMISIBLE? ¿¿ES QUE NO HAY UNA AGENCIA O ALGO, UN ESCUADRÓN DE LA MUERTE QUE PASE POR LAS ARMAS TODA ESTA SINRAZÓN??

Discúlpenme, se lo ruego, ya vuelvo en mí.

Por lo que pude deducir durante el esprint en el que se convirtió el segundo bloque dedicado a la exposición técnica, al parecer la herramienta a definir en un futuro indeterminado parte de una taxonomía que hace hincapié en las relaciones asociativas desdeñando las jerárquicas -todo muy queer, ya lo ven-, que se alimentaría a través de algún sistema folksonómico (una aportación colectiva a la descripción) que ejemplificaron con el ejemplo del wiki, dejándonos a una archivera y a mí convulsionados por una crisis de parpadeos.

Pero mejor no adelantar acontecimientos ni cebarse en la desgracia ajena, porque todo el tema práctico queda todavía por concretar y al fin al cabo los detallitos no eran de la incumbencia de los que estábamos allí para escuchar francesadas sino del equipo contratado, artivistas del software libre, guiris como está mandao, que cuentan con cierta experiencia en "temas" de vídeo y género como currículum para el desarrollo de un repositorio archivístico. Un grupito cuyo cabeza visible es por casualidad el actual compañero de colcha de la directora del proyecto...

¡Ay ésta lengua mía maldita! Les ordeno que olviden este truculento dato y que se queden con que a nivel técnico la cosa parece estar bastante verde (verde por inmadura y tempranera).

Concluyendo, el proyecto de Espacio documental de la institución X, que en lo teórico pretende ser very postmodernete -por fragmentario y performativo- a la par que deconstructivo -por crítico con la idea de archivo- en realidad no hace sino cargar un peso teórico enorme sobre el concepto-noria de representación, y al hacerlo incurre en una nueva puesta a punto, otra más, del neoplatonismo más cacharrero, a saber: un ser (el arte en este caso) que se degrada en estadios concéntricos (las representaciones de las obras) pero que, a la vez, se contiene en todos ellos, desde los más próximos a la fuente (una fotografía oficial de la obra), hasta los más exteriores (los expedientes administrativos de la institución que custodia la obra).

En definitiva, el tipo de giro bootlegger tan frecuente en la crítica de arte que suele producirse cuando, entre los recovecos de las ocurrencias, se divisa una salida brillante. Claro que cuestionada y dejada atrás hasta la ley de la gravedad no podían saber que esa salida luminosa no era sino un pozo con luciérnagas al fondo. Sí amigos, y si nos da por ejemplo por substituir en nuestra plantilla neoplatónica arte por genio obtendríamos un romanticismo de manual. ¡Oooops, todas nuestras lecturas setenteras al garete! Eso si que hubiese sido una ordinariez, y un desperdicio.

En fin.

Les dejo que se me viene encima una vorágine familiar.


jueves, diciembre 18, 2008

Seleccione Misil Balístico


Mar. 2003. Gracias a una coyuntura propicia en la que rasgos del fascismo clásico parecían retornar, la reafirmación feudal de la izquierda combinada con un ciudadanismo capaz de modular el clamor social que oscila de continuo entre la demanda de seguridad y lo puramente humanitario obró el milagro del control por la buena causa. Barcelona estaba madura para la ocasión. En una ciudad en la que lo municipal proyecta conformidad histérica sobre su ciudadanía como valor más adherente de la panoplia política, la evidencia de un ataque con aerosol de anthrax sobre la población de la diversidad pesaba ya mucho menos que las fotografías de iraquís mutilados por bombas de la coalición. Ante el enorme espacio público que abrió esta dicotomía hecha trizas, la plataforma Aturem la Guerra, actuando como un genuino cristal de masa, adoptó la forma de prisma invertido y logró amalgamar la multiplicidad de la escena y de la contestación en un rayo blanco de inocua esperanza.