miércoles, septiembre 27, 2006

Kippel


La novela más conocida de Philip K. Dick Do Androids Dream of Electric Sheep? contenía ingredientes Sci-Fi que inevitablemente se difuminarían o serían eliminados en su versión cinematográfica Blade Runner. Fue el caso, claro, del título, de los animales eléctricos -la oveja ausente es la marca de registro de esa desafección respecto del texto- de la religión de Mercer, o del sintonizador de estados emocionales. En algunos casos estos elementos de contexto de la trama permanecieron, se conservaron en estado de cita sutil –un buho surcando el salón neoegipcio de la Tyrell Corp., una serpiente sintética rastreada por los bazares vietislámicos--. En otros se omitieron completamente; quién sabe, puede que resultaran demasiado camp para la visión barroca y afterpunk de Ridley Scott.

Pero hubo un elemento que corrió distinta suerte: ni cita, ni desaparición, sino transformacion pura, de forma a forma atravesando el puente de la materia. Porque algo emergió inalterable de todo el proceso: la materia en su manifestación más radical: el trasto, lo inútil, el deshecho. En la novela lo llaman kippel y es, en tanto que alegoría, y de una sola vez, contexto, trama y único personaje. Un mundo de kippel, un problema de kippel, un protagonista deshecho. Poco importa que el concepto sea producto de una extrapolación ficcional sobre la que se armó el libro, o que aludiera de forma sesgada y muy pop a las consecuencias de la guerra atómica (la Guerra Mundial Terminal -GMT- de K. Dick), esto es, al polvo nuclear y la radiación.

"Kippel son los objetos inútiles, las cartas de propaganda, las cajas de cerillas después que se haya gastado el último, el envoltorio de un chicle o el diario del día anterior. Cuando no hay gente, el kippel se reproduce (...) el kippel expulsa el no-kippel (...) nadie puede ganar al kippel, a no ser, quizás, de forma temporal y en un punto determinado, como mi apartamento, donde he conseguido un equilibrio entre kippel t no-kippel, al menos por ahora (...)"

En la película, ya sin trabas estructurales que lo moldeen y sin guerra visible que le confiera su razón, el kippel -el fragmento sin sentido, el desgaste, la cosa (siempre un triunvirato)- se transforma y se adueña de todo, es omnipresente. Blade Runner puede entenderse como una oda visual a toda esa absurda materia, a todo ese cansancio perseverante. Cielos diurnos brillantes y saturados de partículas suspendidas, las verdaderas almas de las cosas. Noches de kippel líquido que lo inunda todo con su sangre. Calles como cañones abiertos entre enormes vertederos que evocan la geometría de una violación arquitectónica. Y más allá, un horizonte de vectores de luz: las pirámides de las arcologías y las cúpulas geodésicas fulgurando como vertidos ilegales en un fondo submarino.

Y el mensaje de esta visión de un apocalipsis consumado podría ser: tampoco en el fragmento encontraréis salvación.

“Un silencio que emanaba del suelo y de las paredes y parecía generado por una vasta usina lo golpeó con tremenda energía. Brotaba de la moqueta gris en jirones, de los utensilios total o parcialmente destrozados de la cocina, de las máquinas que no habían funcionado en ningún momento desde que Isidore había llegado. Rezumaba de la inútil lámpara de pie del cuarto de estar, combinándose con el que descendía, vacío y sin palabras, del cielorraso manchado por las moscas. En realida, surgía de todos los objetos que tenía a la vista, como si el silencio se propusiera remplazar a todos los objetos tangibles (…)

Vivía solo en ese ruinoso edificio de mil apartamentos deshabitados que, como todo los demás, se derrumbaba de día en día en un deterioro entrópico creciente. Finalmente, todo lo que había en su interior se fundiría, sería idéntico e irreconocible, mero desecho amorfo, kippel apilado hasta el cielorraso de cada apartamento. Y después el edificio mismo perdería su forma y quedaría sepultado bajo el polvo ubicuo. En ese momento él estaría muerto. "

¿La postmodernidad tiene edad? Sí, la tiene.


Siempre
llueve sobre el barrio chino

¡Que el cyberespacio se llene de KIPPEL!

viernes, septiembre 22, 2006

Fascismo postmoderno


Fascismo, la vieja nomenclatura para expresar la fuerza en la unidad: una rama de laurel puede romperse, el haz no. Bajo esta premisa general se ampara, sin matices, la definición de cualquier forma de fascismo, aún el postmoderno. Aunque las montañas de cadáveres y los ceremoniales de masas cadaverizadas muestren para siempre el resultado y la clausura del experimento fascista clásico: cuerpo-uniforme

¿Es posible una nueva forma de fascismo? ¿Un fascismo postmoderno? Y, si así fuera ¿qué calidad le añadiría la nueva valencia? La lección bien aprendida de la relectura madura de la postmodernidad: unidad pese al fragmento; unidad de los máximamente diferentes en la fiesta de la afectividad personal colectiva a partir de lo más común, la expresión tatuada de vida cotidiana en el sí mismo más privado: un cuerpo. Todos ya saben lo que puede un cuerpo.


Los ejemplos más espectaculares de este fenómeno político nos quedan particularmente próximos como estampas impresas con horror en la retina: miles de sombras de carne que se postran en un rezo vacío ante la cámara que los recoge en una boda numérica del métrico al píxel, de centímetros a bits; modelos voluntarios que gritan no nos mires, únete; manifestantes que posan en el esquema gigantesco del símbolo de la paz: récords de participación ciudadana que se (a)baten con las sucesivas oleadas de cuerpos.

Manifestaciones y paisajismo corporal que se complementan como representaciones inclusivas de la cadena de la movilización total. Corporalidades que al trazarse sobre un recorrido de equivalencia técnica celebran la consagración de una realidad que no es sino transposición de datos sobre un plan estratégico en despliegue y en orden de batalla. War displays

lunes, septiembre 18, 2006

Reunión por la paz en el mundo

La cosa fue más o menos así.

Estaba callejeando por el centro en busca de algúna mercancía que dulcificara mi trayecto a la biblioteca en la que digo que "trabajo", osea, de compras compulsivo-furtivas con esa gestualidad que te delata a los amigos militantes que nunca repararían en ti de otra forma, ¿había dicho ya que soy un okupa con gato, alquiler, mala conciencia y peor reputación? ¿Que sí? Bueno, pues en esas estaba, rondando la tienda de Desigual como un agente de la CIA el cuartel de la Stasi (y no exagero lo más mínimo, os lo aseguro, cuando os digo que temblaba ya de pura angustia pre-RENFE) cuando en la misma puerta de entrada ví el cartel. LO VÍ. LO VÍ.

Aquella monstruosidad nos desafiaba a mí, a la realidad entera y de refilón a la segurata de la tienda (¿o acaso lo habría fijado ella sirviéndose de aquellos taimados cacho-celos de empaquetar ?) con su fosforescencia de instituto. En aquellas circunstancias de ánsia consumista me cogió por sorpresa, y no pude obligarme a apartarlo a ese trastero mental que no se abre sino después de diez cervezas, así que fotografié el cartel (ay amigos, sí, lo hice) con mi preca-móvil:

Y aquí arriba lo adjunto para bien, o, seguramente, para MAL. Y no lo transcribo porque lo que importa se ve regular así, y además hay cosas que mejor no pronunciar dos veces. Pero si me detendré en abrirle ficha en toda su tenebrosa grandeza:

  • Disposión collage sobre una cartulina amarilla fosforescente (técnica mixta). Encabeza parte de una Edelweiss -¿el original estaba incompleto? ¿no cabía en el marco de la cartulina?- encontrada y recortada de una revista (presumiblemente). En el centro, una impresión DINA-4 en blanco y negro de una diapositiva de powerpoint personalizada informa sobre lugar y fecha de una "reunión por la paz en el mundo" porque ya está bien hombre. Como pie, otra foto encontrada y recortada; esta vez, un pez rojo entre coralines.

Y ¿no es cierto que resulta demasiado amateur? ¿No exuda ese clasicismo sintomático que si se coge a tiempo conduce -sirenas, luces naranjas, voces susurrantes- a una terapia química de larga aplicación? En fin, y de eso trata este post ¿No suena todo demasiado psicótico? Me estremezco sólo de ver la jodida fotografía.

La Edelweiss sin duda contiene información sobre un acontecimiento, aún en su despliegue inicial, que pronto se dará a conocer. Pero lo que más me inquieta es el pez rojo del pie del cartel. ¿Qué significará?

¿Una adhesión semi inconsciente al cristianismo primitivo?

¿Una advertencia sobre la gestación de una comunidad que adoraría al anticristo bajo la forma de un seitán encarnado?

¿Un último cripto-mensaje del CESID a agentes desaparecidos durante la guerra del fletán?

¿Un anuncio de que el próximo ataque salafista consistirá en estrellar un submarino cargado de fuel contra el puerto de Lloret?

Y vivimos rodeados de confusión y oscuridades.

... dentro de una hora tengo que volver a coger el tren...


Y ahora una cancioncilla para atravesar el Vallés Occidental sin apenas inconvenientes.

miércoles, septiembre 13, 2006

D.P.O.

James - Ring The Bells



D.P.O.

Una palabra de la tormenta es capaz de resucitar a los muertos.
Si eso es lo que deseas...
Cierra los ojos.
¿Adónde vas?
Ojalá un beso de centenares de megajulios cruzara el cielo.
Pensamientos que sintonizan la atmósfera.
La botella estalla y no puedo ver nada a través de la envidia.
Pronto, cuando el 43 sea encontrado, el segundo caerá.
¿Han hablado con Zero?
No es el fin.
Perdido en sueños crepito bajo las sábanas.
¿Qué les ha dicho?
El amor es tierno como el sabotaje.
¿Ah, si?
(Susurro): Darren…

D.P.O.


(Si creyeron que se trataba de la letra de la canción es que además de estar confusos son uds. unos anglófobos; sino es el caso, olvidenlo todo)

domingo, septiembre 10, 2006

Hace mucho tiempo, en una galaxia lejana, muy lejana...

Hace mucho tiempo vivía junto a un callejón. Allí todo era posible. Una noche, escrito con rotulador sobre una puerta metálica, encontré un pequeño cuento sobre un robot sediento; me fascinó y acabe memorizándolo. Incluso lo fotografié. Y siempre que paso por el callejón busco ese cuento que hace años desapareció del metal. También falta la noche de hace mucho tiempo.

miércoles, septiembre 06, 2006

Paris Hilton dice: cada CD que compras me pone más fuera de tu alcance

Paris Hilton Punked


Noticia encontrada en Papel Continuo

"Bansky no ha ido esta vez a por museos ni paredes, sino a por el icono supremo de la frivolidad y la burricie: Paris Hilton. El artista ha sustituido en multitud de tiendas del Reino Unido unos 500 CDs debut de Paris Hilton por otras copias en los que ha incluido sus propios remixes de los temas y fotomontajes en los que aparece la Hilton en topless o con cabeza de perro.

Los títulos de las canciones tampoco tienen desperdicio: “Every CD you buy puts me even further out of your league”, “90% of Success is just Showing up”, “Why am I famous’” etc.

Banksy ha mantenido además el código de barras original con lo que nadie se da cuenta del cambio hasta el momento de llegar a casa. Suponemos que a los incautos compradores del CD de la Hilton no les hará mucha gracia la cosa, pero de momento ya hay algún espabilado que lo subasta en ebay."

martes, septiembre 05, 2006

Tira del día: Obi


Mi primera tira con el Strip Generator, una aplicación web muy sencilla basada en flash.
(Click en la imagen para ver a tamaño real)

Soundtrack: El sonido de la Fuerza

lunes, septiembre 04, 2006

Su html es inaceptable

Ahora que estoy tranquilo casi no lo recuerdo, pero sé que a veces me pongo un poco raro. Lo habrás notado, en los momentos en que he de estar atento y aprender deprisa se me pone esa cara de concentración. Tú no lo ves, pero es entonces cuando me agazapo en el centro de la cabeza y me digo a mí mismo en letras muy grandes: esto es importante, esto es importante, esto es importante... Y aunque te devuelva esa mirada que dices que es rara, ya no estoy ahí, estoy muy adentro; apenas siento como las palabras de afuera van ajustándose el calcetín de la nada al encontrar la luz de la concentración encandilada por un eco enorme: importante, importante, importante...

Secuencia mnemotécnica para no recordar nada de nada