Hace mucho tiempo vivía junto a un callejón. Allí todo era posible. Una noche, escrito con rotulador sobre una puerta metálica, encontré un pequeño cuento sobre un robot sediento; me fascinó y acabe memorizándolo. Incluso lo fotografié. Y siempre que paso por el callejón busco ese cuento que hace años desapareció del metal. También falta la noche de hace mucho tiempo.
2 comentarios:
En China, se llamaba Khawai-Shuh al arte de proporcionar vida a los muñecos, sirvientes en todo momento exclusivamente de su dueño. Se cuenta en las leyendas que fue precisamente en China, donde tuvo lugar una romántica historia de amor y celos, por culpa de un robot extraordinariamente bello e inteligente, que poseía el emperador Tachouan.
Su esposa se enamoró hasta tal extremo del artefacto, que Tachouan sufrió unos terribles celos y lo hizo destruir por completo. No refiere la leyenda si la enamorada lloró mucho o poco la pérdida del objeto de su amor. no han quedado pruebas y vestigios de esta historia de amor, pero fue bella. Como todas las historias de amor.
Rachel, tu amor replicante. te da las gracias por tan bonita tira.
¡¡¡Qué historia TAN BONITA!!!
Muchas, muchas gracias Rachel.
Un beso,
dos tuercas,
una ruedecilla.
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