La radio exorcizó el demonio del silencio, la televisión expulsó la condena de la familia, el ordenador es el juicio final de un gran otro que espera de ti no sólo lo mejor sino lo peor. En el choque de múltiples tipografías trazando los collages banales del Chat, o en las tempestades vectoriales del videojuego en red se comparte el imperio de las máximas posibilidades y el cieno de la fuga más desamparada. Pero de modo semejante a la impracticabilidad que caracteriza a las amistades de los fórums virtuales o las alianzas en los combates de consola, los encuentros poro a poro y las veladas pasadas enfrascados en la mente de la infancia resultan paisajes desmesurados frente al ansia de la máquina o a la fluorescencia del fuego simulado.
4 comentarios:
La censura es cuestión de gusto, ni más ni menos.
Eso sí, si uno se mira el ombligo, tiene ciertas probabilidades de verse las tripas.(lo digo por propia experiencia).
Algunos post son mejores que otros... c'est la red.
Estoy de acuerdo hasta cierto punto.
Lo peor aparece cuando los ojos se giran hacia dentro y se quedan encallados. Se debe evitar esa trampa. Eso creo.
Pero la censura siempre es un acto expeditivo que evidencia un síntoma y cae en lo snob y lo ridículo.
Lo despreciado por el gusto lucha por expresarse desde dentro. Y si no despunta ¿dónde queda la prueba del juicio?
Volviendo a leer algunos posts me dan ganas de quitarlos pero... como dieces "c'est la red".
Enya y Prodigy... ¡vaya tela!
callo porque tienes más razón que un santo.
Y si no la tienes que más da.
bienvenido a la nostalgia del futuro.
Ya... ¡total!
Venga, hazme sitio.
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