martes, mayo 01, 2012

Bonico eres


Entre Vicky y su nueva visita por el exotismo montado en "lo guiri" y el tremendo fetiche que es Biutiful, se hace patente que la cinematografía enmarcada en Barcelona no encuentra espacio para contener relatos; la ciudad es paraíso o infierno y, por ello, centro de la narración pero no "ambiente" en el que disponer personajes que actúen con verosimilitud.

La causa de esta incomodidad cinematográfica se encuentra en que la ciudad, ya sea por la voluntad que motiva un proyecto, ya sea por el efecto rebote que dispara su enmienda, no es adoptada como escenario sino ensalzada como tema, y es ese el motivo por el que se generan dos estereotipos contemporáneos y a su manera igual de ingenuos: Barcelona promocionada / Barcelona yonki. 

¿Qué cine habríamos de ejercer para explorar Barcelona como lugar?

Tampoco el documental o el documental-ficción, informes emocionados por la proximidad de las fuentes que incurren una y otra vez en el mito, un automatismo que ha evolucionado para convertirse en todo un estilo de taxidermia. Ni, por supuesto y suerte, el cine de género: Barcelona Negra (detectives gastronomizados...) , experimentos en el terror -¿es concebible un vampiro en el Poble Sec? Seamos serios por el amor de Dios- etc. 

¿Hemos de buscar entonces una Barcelona concreta, todavía territorio o espacio de vida? Mejor sería preguntarse ¿pero qué queda de no tematizable como marca Barcelona en la ciudad? Si procedemos por lo abstracto, no su estructura. No su contorno ni su extensión. No -ya ha quedado probado en Biutiful- sus flujos. Entonces, ¿quizás sus versiones? ¿Pero es posible una película hecha de este tipo de panorámicas? O mejor aún ¿Es esto algo que merezca siquiera un fotograma?


los sencillos - bonito es at MySpaceFileHosting.comlos_sencillos_-_bonito_es.mp3

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Hemos de buscar entonces una Barcelona concreta, todavía territorio o espacio de vida? Me quedo con esta pregunta, tan bien formulada con la desesperanza mirando al frente; no reconozco las paredes de las murallas marcando siglos, ni el perfil de esa nariz cabalgando huesos. Artículos como el suyo, Sr. Biblioprecario ¡qué necesarios son para "respirar". Un besito, otro

sublibrarian of the year dijo...

Las murallas de una ciudad eran su soberanía. Soñar las murallas, fantasear los sillares... qué aburrimiento arqueológico.