miércoles, julio 08, 2009

At home he's a tourist



Entretanto las conversaciones sobre coches y todo lo que tiene que ver con los coches proliferan.

Coches que frenan

coches que hablan

coches para los que a pesar de todo no se encuentra aparcamiento y gente discutiendo sobre el procedimiento óptimo para salir de un coche

gente que maldice su destino en la penumbra submarina del coche

gente que aplasta a gente por medio de coches y gente que cae en reyertas inducidas secretamente por coches

gente que ama coger el coche

coches que se despeñan

coches que brillan y coches de otros tiempos derrapando sin cesar por carreteras secundarias polvorientas mientras cancelan todo romanticismo aplicable al caso

coches que aúllan a la noche y coches desmenuzados concienzudamente por mentes-coche.

Todo cede.

Todo se arremolina en una mala copia de la vida.

Pero si por un momento, en el cándido éxtasis o en la cúspide del martes, pudiéramos abarcar la magnitud de esa mala copia, vislumbraríamos al fin la caja absurda de un coche.

coche rojo...

coche azul...

5 comentarios:

barbarroja dijo...

te he citado en el facebook vic...barbarroja, porque me golpea la cabeza ese concepto tuyo de que "vivimos una mala copia de la vida"... Leía hoy en el Ano Solar de Bataille algo parecido, pero dicho de otra forma, más débil, es cierto, si no se explica -o tal vez de otro mundo-: "Está claro que el mundo es puramente paródico, es decir, que cada cosa que miramos es la parodia de otra, o incluso la misma cosa bajo una forma engañosa"

Pero, sr. biblioprecario, lo que no debemos olvidar es la hostilidad de la retaguardia en una guerra civil mundial que se está haciendo vieja, y que... como decía nuestro maestro Jünguer, las máquinas, entre ellas los putos coches son seres de una imaginación inferior...

aparte tengo noticias para usted

Anónimo dijo...

Qué bueno. Viene usted a decir que los coches se han subido a la cera de la comunicación.
Si tienes un hijo te dan 600 euros, si quieres un coche nuevo eléctrico 6.000 euros. Los conductores son la manera que tienen los coches de procrear más coches. Dentro del gran principio: los humanos son la manera que tienen las máquinas de hacer máquinas mejores.

¡¡ De cuantas cosas es coartada el coche¡¡¡
Parece que al no tocar el suelo con las piernas ya no se esté viviendo haciendo cola.
Y un coche subvencionado es ya rutina desde el primer momento. Se elimina la parte ritual, sacrificial, que hay en toda compra -para seguir con Bataille, su parte maldita- y se hace rutina ya en la escepcionalidad inicial.
Es otro elemento que pone en trayectoria a las vidas en la retaguardia. "Transformers" es la película que muestra claramente la posible transformación rápida de la industria del automovil en industria de guerra: pero sobre todo muestra la imprescindibilidad de esa industria en la neutralización de la retaguardia.
El efecto de tener vida propia y con ruedas, un amigo sin manchas en la piel: como las muñecas que hablaban.
En la retaguardia de la guerra civil planetaria la condición general es la de adolescencia y toda política toma forma de gestión del acné: tranquilo no crecerás y lo reyes seguirán viniendo.

amm

Anónimo dijo...

En Transformers se muestra esa condición del coche como juguete total: un arma contra su poseedor. Y si vas en bus es que eres público.

ya me dirá cuando vemos esos vídeos

amm

sublibrarian of the year dijo...

barbarroja: ¡de honores me cubre usted: cita, Bataille, Junger! Más que agradecido le quedo. Y de una imaginación inferior, sí, y de otros siglos. ¿Han visto los mecanismos por los que se conduce un coche? ¡Pero si funciona con pedales y palancas! ¿¿Es que no han aprendido nada de los videojuegos o de los aviones?? Llamo luego.

amm: ¿Se ha fijado en la transformación en las proporciones del prestigio? De la horizontalidad y extensión a la verticalidad y la altura; del Cadillac al Hummer. Recuerdo el verano pasado por la villa de usted, que vi por primera vez Hummers, y no uno, sino decenas, y hasta de color amarillo con chimeneas laterales. Ni un jaguar o una harley redimirán la lógica subvencionadora: el custom, como el coleccionismo o la pertenencia a una tribu urbana (cuando éstas existían), es un intento de ordenar el mundo, un sacrificio, pero por diferido, sólo constituye taumaturgia fallida. Hasta luego.

Paul dijo...

¿Y los coches que van a la iglesia?