Escenas como esta se producen en la cabeza de todos y cada uno de los trabajadores. Distintos comediantes pero los mismos miedos y las mismas promesas.Se escenifica la humillación.
En las escuelas de gestión empresarial enseñan ya estas cosas. Normalmente más sutiles. Por ejemplo el mobbing: cómo vaciar de contenido la función de un empleado, quitándole asuntos, archivadores, o incluso la mesa de despacho, de modo que el empleado llega y se limita a deambular por la vecindad de la máquina del café. O al revés: cómo incrementar gradualmente la cantidad de trabajo exigida al empleado hasta que éste explota por el estrés. Aquí se escenifica todo en ello en su crudeza: eres una puta mierda. No te dejan salida: o te resignas a la esclavitud, o coges la pistola y te los llevas por delante.
A pesar de lo anacrónico del estilo, (hoy la autoimplicación se consigue con sutilezas más perversas), esta secuencia como magnífico momento teatral sigue impresionando hasta la turbación. Hoy en ESADE han de mostrar esta escena a los directivos para indicarles como no debe transmitirse la esencia de lo que quiere conseguirse de sus recursos humanos. Hoy se obliga a los directivos a mantener conversaciones "espontáneas" con sus subordinados.
me ha tocado usted la fibra. Es una de mis películas favoritas y ademas me ha traído el recuerdo triste de la muerte de la persona con quien la vi.
En esta película, que se basa en una obra de D. Mammet, hay otra escena en la que aparece un cuarto vendedor: Al Pacino vendiendo terrenos (un paraíso de lagartijas en Maiami) a un pusilánime. En un bar lo lleva a la conversación más trascendental de su vida y le coloca el terreno. Además de ser la mejor interpretación de Jac lemon, también se puede ver lo grandísimo que es Al Pacino. Curiosamente hace poco Mammet ha dicho que votará por republicanos.... Y creo que sigue coherente con lo que escribió en ese guión.
En esta escena lo que hace el formador amenazante no es enseñar, no hay algo que esté por saber parar que triunfen, tienen mucho de lo que desprenderse para tener futuro. Él vende vender, si está allí es porque forma parte de una piramide de beneficios que sólo compra humo al que sabe darle la densidad de cosa que otros han de vender. Proporcionar lo cual es llamado misericordia.
Él tiene futuro, que cuelga de su muñeca y vale más que el coche del empleado: coche que no lleva a ninguna parte, o por lo menos no al futuro con la desenvoltura que maneja el reloj "el enviado".
Están paralizados, no pueden rebatirlo, sólo pueden hacer juicios psicológico o cuasi morales desde la persona. Pero el enviado ya dice que es así y resulta inatacable. No es sincero, simplemente es así, no tiene otros pliegues, y les hace el favor de plancharlos un poco o bastante: desplegarlos y mostrarles que en los pliegues sólo hay el aire que guarda cualquier papel arrugado.
No sé si la gestión sí o la gestión no. El caso es que en la uni pirata nos hemos pasado ya unas sesiones cabotando de lo uno a lo otro. La espontaneidad no es cosa de empresa sino de conversación de ascensor.
Pero a mí me lo que me da por pensar es sino será la de Jack Lemmon mi propia cara cada vez que aparece el dire por la puerta y me mira como si yo fuera ceniza en la corbata y después se larga dejándome con un masculle "indepe de mierda" que no tengo la certeza que oiga pero estoy seguro de que siente.
Porque el odio que desprendo es tan atávico, genuino y... iba a decir "racial"... y lo digo qué coño, tan RACIAL que sin duda ha de sentir ese gruñido con el que le cortaría la cabellera que no tiene después de hacerle valedor de alguna cortesía kurda.
¿Kurda?
Kurda.
¿O acaso piensan que todos les dan pampún porque sí?
Sí. RACIAL está bien.
RACIAL es la palabra.
Gracias a todos por compartir sus impresiones aquí, conmigo, pues este fragmento ahueca y marca el surco. Fuerte, adentro.
Les doy mi opinión: Yo he trabajado en ventas y sé lo hijos de puta que son estos tios. A mi el director me dijo que allí eran más de derechas que los de derechas y no hacía broma...
Mientras los de abajo se ganan una mierda los de arriba van acumulando capital a base de los de abajo. Y los simples empleados tienen que buscarse la vida, haciendo "puerta fría". He visto más de un vendedor con la autoestima por los suelos. Gente joven que se juega la vida en la cuerda floja. Los "jefes" van acumulando un plus por cada venta que se haga. Y os aseguro que se aprovechan hasta de los cadáveres, sino ved los "seguros de muertos". Allí sacan hasta el último euro, y se sacan de la manga no se qué trucos (nunca llegué a comprender la mierda económica que me intentaban enseñar) para sacarte hasta la última gota de sangre.
Yo lo dejé porque los encorvatados estos me estaban volviendo loco...
8 comentarios:
Escenas como esta se producen en la cabeza de todos y cada uno de los trabajadores. Distintos comediantes pero los mismos miedos y las mismas promesas.Se escenifica la humillación.
En las escuelas de gestión empresarial enseñan ya estas cosas. Normalmente más sutiles. Por ejemplo el mobbing: cómo vaciar de contenido la función de un empleado, quitándole asuntos, archivadores, o incluso la mesa de despacho, de modo que el empleado llega y se limita a deambular por la vecindad de la máquina del café. O al revés: cómo incrementar gradualmente la cantidad de trabajo exigida al empleado hasta que éste explota por el estrés. Aquí se escenifica todo en ello en su crudeza: eres una puta mierda. No te dejan salida: o te resignas a la esclavitud, o coges la pistola y te los llevas por delante.
Coges la pistola y te los llevas por delante.
A pesar de lo anacrónico del estilo, (hoy la autoimplicación se consigue con sutilezas más perversas), esta secuencia como magnífico momento teatral sigue impresionando hasta la turbación. Hoy en ESADE han de mostrar esta escena a los directivos para indicarles como no debe transmitirse la esencia de lo que quiere conseguirse de sus recursos humanos. Hoy se obliga a los directivos a mantener conversaciones "espontáneas" con sus subordinados.
Coges la pistola y te los llevas por delante.
me ha tocado usted la fibra. Es una de mis películas favoritas y ademas me ha traído el recuerdo triste de la muerte de la persona con quien la vi.
En esta película, que se basa en una obra de D. Mammet, hay otra escena en la que aparece un cuarto vendedor: Al Pacino vendiendo terrenos (un paraíso de lagartijas en Maiami) a un pusilánime. En un bar lo lleva a la conversación más trascendental de su vida y le coloca el terreno. Además de ser la mejor interpretación de Jac lemon, también se puede ver lo grandísimo que es Al Pacino. Curiosamente hace poco Mammet ha dicho que votará por republicanos.... Y creo que sigue coherente con lo que escribió en ese guión.
En esta escena lo que hace el formador amenazante no es enseñar, no hay algo que esté por saber parar que triunfen, tienen mucho de lo que desprenderse para tener futuro. Él vende vender, si está allí es porque forma parte de una piramide de beneficios que sólo compra humo al que sabe darle la densidad de cosa que otros han de vender. Proporcionar lo cual es llamado misericordia.
Él tiene futuro, que cuelga de su muñeca y vale más que el coche del empleado: coche que no lleva a ninguna parte, o por lo menos no al futuro con la desenvoltura que maneja el reloj "el enviado".
Están paralizados, no pueden rebatirlo, sólo pueden hacer juicios psicológico o cuasi morales desde la persona. Pero el enviado ya dice que es así y resulta inatacable. No es sincero, simplemente es así, no tiene otros pliegues, y les hace el favor de plancharlos un poco o bastante: desplegarlos y mostrarles que en los pliegues sólo hay el aire que guarda cualquier papel arrugado.
amm
Y no pueden matar al enviado. Porque quieren las fichas, quieren esos nuevos papeles planos ya que el aire de sus arrugadas vidas no dispersa el humo.
amm
No sé si la gestión sí o la gestión no. El caso es que en la uni pirata nos hemos pasado ya unas sesiones cabotando de lo uno a lo otro. La espontaneidad no es cosa de empresa sino de conversación de ascensor.
Pero a mí me lo que me da por pensar es sino será la de Jack Lemmon mi propia cara cada vez que aparece el dire por la puerta y me mira como si yo fuera ceniza en la corbata y después se larga dejándome con un masculle "indepe de mierda" que no tengo la certeza que oiga pero estoy seguro de que siente.
Porque el odio que desprendo es tan atávico, genuino y... iba a decir "racial"... y lo digo qué coño, tan RACIAL que sin duda ha de sentir ese gruñido con el que le cortaría la cabellera que no tiene después de hacerle valedor de alguna cortesía kurda.
¿Kurda?
Kurda.
¿O acaso piensan que todos les dan pampún porque sí?
Sí. RACIAL está bien.
RACIAL es la palabra.
Gracias a todos por compartir sus impresiones aquí, conmigo, pues este fragmento ahueca y marca el surco. Fuerte, adentro.
sencillamente GRANDIOSO.
Les doy mi opinión: Yo he trabajado en ventas y sé lo hijos de puta que son estos tios. A mi el director me dijo que allí eran más de derechas que los de derechas y no hacía broma...
Mientras los de abajo se ganan una mierda los de arriba van acumulando capital a base de los de abajo. Y los simples empleados tienen que buscarse la vida, haciendo "puerta fría". He visto más de un vendedor con la autoestima por los suelos. Gente joven que se juega la vida en la cuerda floja. Los "jefes" van acumulando un plus por cada venta que se haga. Y os aseguro que se aprovechan hasta de los cadáveres, sino ved los "seguros de muertos". Allí sacan hasta el último euro, y se sacan de la manga no se qué trucos (nunca llegué a comprender la mierda económica que me intentaban enseñar) para sacarte hasta la última gota de sangre.
Yo lo dejé porque los encorvatados estos me estaban volviendo loco...
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