sábado, mayo 06, 2006

El espeso túnel de la catalogación



Posteo más abajo un extracto de un panfleto situacionista de los sesenta. Bastante a propósito para decribir lo que se siente después de una jornada laboral, y no digamos después de un día entero catalogando, sobre todo litetura gris. Desde la publicación del escrito la fórmula de la miseria cotidiana que criticaban los "situs" se ha invertido de nuevo; si por aquél tiempo de welfare el riesgo a morir de hambre había sido sustituido por el riesgo a morir de aburrimiento, treinta años de capitalismo parecen habernos devuelto a la casilla de partida.

Recuerdo el año que pasé en una consultora muy moderna en la que debía alimentar durante cinco horas una base de datos Documentum con informes financieros, estratégicos y de referencia tecnológica. Viendo como los pdf pasaban de un filtro a otro de las fases de catalogación y se acumulaban en mi lista del día. No debe ser como estar frente a una línea de montaje colocando un tornillo cada vez, o torneando una pieza 8 veces por minuto en un taller, pero son las primeras situaciones que me vienen a la cabeza cuando trato de comparar aquellas horas frente al Toshiba en la última planta de la Torre Mapfre. Salía de allí con el cerebro tan plano que apenas recordaba como había llegado a casa. Era como esa sensación nebulosa de después de haber llorado, como esa sensación pero sin el premio del alivio, en lugar de la sensación de liberación un gran peso flotaba sobre mis hombros.

Alienación. Dicen que esa palabra ya no significa nada en este mundo de redes y proyectos, en ese gran acelerador de partículas-oportunidad de la Sociedad de la Información. En ese punto del capitalismo en el que ser tú mismo es la gran valorización y la posible empresa. Pero los que no emprenden la aventura de la red, los aparceros del píxel o los precarios que hacen de meros apéndices de los spiders, los becarios que direccionan a golpe de cerebro y falanges, sufren toda la fricción de ese pensamiento de y para máquinas.

La cadena de montaje hizo a la máquina a la medida de la máquina pasando por el hombre: el cuerpo fue la gran pista de pruebas del robot, y el robot fue la actualización de un trabajo que se encontraba como potencia en las articulaciones del cuerpo humano. Lo mismo ocurrirá con la catalogación asistida, con ese pensamiento arborescente y sus rutinas de menú desplegable: se actualizarán pronto en un impulso lógico que hará ineficaz al humano. Sólo que nosotros a diferencia del obrero, consciente de su derrota frente al salto tecnológico del capital, ni siquiera podremos recordar un tiempo de luchas, únicamente sentiremos un gran vacío, un cielo de pantallas borrosas, y cierta nostalgia sin objeto. Será, y esta vez sí, simplemente, el progreso.

Cold-Blooded-Old-Times
Precariedad generalizada
Foto de orianomada

"¿Te sucede que sientas la desagradable sensación de que al margen de escasos momentos no te perteneces y te conviertes en extraño a ti mismo?
En tal caso, has entendido que:
a) A través de cada uno de nuestros gestos - mecanizados, repetidos, separados entre sí - el tiempo se desmigaja y, pedazo a pedazo, nos saca de nosotros mismos. Y estos tiempos muertos se reproducen y se acumulan al trabajar y al hacernos trabajar para la reproducción y la acumulación de mercancías.
b) En la actualidad, el envejecimiento no es otra cosa que el aumento de los tiempos muertos, del tiempo en que la vida se pierde. Es por dicho motivo que ya no hay jóvenes ni viejos sino unos individuos más o menos vivos. Nuestros enemigos son quienes creen y hacen creer que el cambio global es imposible, son los muertos que nos gobiernan y los muertos que se dejan gobernar.
c) Trabajamos, comemos, leemos, dormimos, consumimos, tomamos vacaciones, absorbemos cultura, recibimos cuidados, y de este modo sobrevivimos como plantas de interior. Sobrevivimos contra todo lo que nos incita a vivir. Sobrevivimos para un sistema totalitario e inhumano - una religión de cosas y de imágenes - que nos recupera prácticamente en toda ocasión y lugar para aumentar los beneficios y los poderes desmigajados de la clase burocrático-burguesa.
d) Nos limitaríamos a ser lo que permite el sistema mercantil si en ocasiones no volviéramos a ser bruscamente nosotros mismos, si no nos sintiéramos invadidos del deseo de vivir apasionadamente. En lugar de ser vividos por delegación, por imágenes interpuestas (...)"

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