
Recuerdo el año que pasé en una consultora muy moderna en la que debía alimentar durante cinco horas una base de datos Documentum con informes financieros, estratégicos y de referencia tecnológica. Viendo como los pdf pasaban de un filtro a otro de las fases de catalogación y se acumulaban en mi lista del día. No debe ser como estar frente a una línea de montaje colocando un tornillo cada vez, o torneando una pieza 8 veces por minuto en un taller, pero son las primeras situaciones que me vienen a la cabeza cuando trato de comparar aquellas horas frente al Toshiba en la última planta de
Alienación. Dicen que esa palabra ya no significa nada en este mundo de redes y proyectos, en ese gran acelerador de partículas-oportunidad de
La cadena de montaje hizo a la máquina a la medida de la máquina pasando por el hombre: el cuerpo fue la gran pista de pruebas del robot, y el robot fue la actualización de un trabajo que se encontraba como potencia en las articulaciones del cuerpo humano. Lo mismo ocurrirá con la catalogación asistida, con ese pensamiento arborescente y sus rutinas de menú desplegable: se actualizarán pronto en un impulso lógico que hará ineficaz al humano. Sólo que nosotros a diferencia del obrero, consciente de su derrota frente al salto tecnológico del capital, ni siquiera podremos recordar un tiempo de luchas, únicamente sentiremos un gran vacío, un cielo de pantallas borrosas, y cierta nostalgia sin objeto. Será, y esta vez sí, simplemente, el progreso.
Precariedad generalizada
Foto de orianomada
En tal caso, has entendido que:
a) A través de cada uno de nuestros gestos - mecanizados, repetidos, separados entre sí - el tiempo se desmigaja y, pedazo a pedazo, nos saca de nosotros mismos. Y estos tiempos muertos se reproducen y se acumulan al trabajar y al hacernos trabajar para la reproducción y la acumulación de mercancías.
b) En la actualidad, el envejecimiento no es otra cosa que el aumento de los tiempos muertos, del tiempo en que la vida se pierde. Es por dicho motivo que ya no hay jóvenes ni viejos sino unos individuos más o menos vivos. Nuestros enemigos son quienes creen y hacen creer que el cambio global es imposible, son los muertos que nos gobiernan y los muertos que se dejan gobernar.
c) Trabajamos, comemos, leemos, dormimos, consumimos, tomamos vacaciones, absorbemos cultura, recibimos cuidados, y de este modo sobrevivimos como plantas de interior. Sobrevivimos contra todo lo que nos incita a vivir. Sobrevivimos para un sistema totalitario e inhumano - una religión de cosas y de imágenes - que nos recupera prácticamente en toda ocasión y lugar para aumentar los beneficios y los poderes desmigajados de la clase burocrático-burguesa.
d) Nos limitaríamos a ser lo que permite el sistema mercantil si en ocasiones no volviéramos a ser bruscamente nosotros mismos, si no nos sintiéramos invadidos del deseo de vivir apasionadamente. En lugar de ser vividos por delegación, por imágenes interpuestas (...)"
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